Siempre he pensado que de las estanterías de los supermercados sobran más de la mitad de los productos por superfluos o poco saludables. Pero el caso de los mini colmados de las gasolineras, eso sí que es todo un fenómeno a estudiar. Vas a pagar tras repostar el coche, y te encuentras sumergido entre productos de lo más “atractivos ” para matar ese tiempo de viaje hasta llegar a destino. El problema es que son de los más extremos para el organismo y lo hacen sufrir.
Si miras a izquierda está el mundo de los snacks, toda clase de patatas, chetos, kikos...casi todo frito y sobre todo a tope de sal. A derecha tienes galletitas, pastelitos, bollos y demás; seguido de chuches y más chuches; toda una montaña de azúcar. A tus espaldas los refrescos y cuidado con no tropezar con los helados.
En fin, resistir o sucumbir, esa es la cuestión.
Mi consejo, cuando hagas un viaje largo procura ir bien provisto. Pero si caes, no pasa nada, un día es un día.