Compaginar la dieta familiar
Algo muy típico que me comentan. “claro, es que tu lo tienes muy fácil porque tu marido como lo que tú”. Y es que cuando se intenta cambiar de dieta y el resto de componentes del núcleo familiar se resiste, reconozco que resulta todo un hándicap. Pero eso tampoco debe ser barrera insuperable para mejorar tu salud, no digas “no puedo hacer comidas diferentes para todos, luego no puedo mejorar mi calidad de vida”. Son piedras en el camino, se tropieza, pero te levantas y aprendes a sortearlas e incluso llegue la sorpresa de encontrarse tramos más llanitos al irse sumando al carro los demás.
También hay trucos para contentar a todos. Por ejemplo, haz lentejas con verduras, especias…y sin “chicha”. Cuando estén listas, a quien quiera chorizo le repasas su plato con un poco de chup chup en sartén con aceite y chorizo y listo. Eso es lo que yo hago. No es comamos igual los dos, si no que le pongo todo lo sano de lo mío más el resto añadido de lo que le apetece. Siempre será mil veces mejor que una dieta “normal” actual carente de tantos y tantos nutrientes que nuestro organismo agradece.
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